TALLERES / FORMACIONES

Rebecca Vega ha recorrido con entrega y pasión diversos rincones de Sudamérica, impartiendo su conocimiento en países como Brasil, Argentina, Chile, Uruguay y Perú. En cada uno de estos destinos, se ha consolidado como una figura respetada y admirada, reconocida por su búsqueda constante de un estilo propio que explora y realza la esencia femenina dentro de las danzas de matriz africana.

Desde su temprana migración a Europa, Rebecca ha expandido su influencia artística con humildad y amor por la danza, compartiendo su sabiduría en múltiples países del continente. Alemania, Francia, Bélgica, Suiza, España, Irlanda, Mónaco, Suecia, Dinamarca, Italia, Portugal, Polonia y los Países Bajos han sido escenarios donde su propuesta ha dejado una huella profunda y distintiva.

Su enfoque singular se caracteriza por un estudio meticuloso del ritmo, entendiendo que una interpretación musical clara y respetuosa es el alma misma de la danza. Pero su labor no se limita a la expresión artística: Rebecca enfatiza la importancia de la técnica física cuidadosa, promoviendo prácticas saludables y sostenibles para el cuerpo de la bailarina. En este sentido, incorpora el Pilates como pilar fundamental para el cuidado corporal, prevención de lesiones y optimización del movimiento, evidenciando una visión integral que conjuga arte, salud y técnica.

 

Así, Rebecca no solo enseña a bailar, sino que guía a cada mujer a conectar con su fuerza interna, su fluidez y su identidad a través de un camino seguro, consciente y profundamente respetuoso del cuerpo y la tradición.

TÉCNICA DE DANZA

En las clases de danza impartidas por Rebecca, se abordan de manera integral los pilares fundamentales para lograr una correcta alineación postural y evitar lesiones. Uno de los elementos esenciales es el fortalecimiento del core, también conocido como “la mansión del poder”, tal como lo denominaba Joseph Pilates.

 

Este centro físico constituye la base del movimiento eficiente y armónico, ya que incide directamente en la mejora de la postura, la estabilidad, la coordinación y la prevención de lesiones. El trabajo del core incluye una activación consciente y equilibrada de zonas clave como los músculos abdominales (tanto superficiales como profundos), los glúteos, los muslos, el diafragma, el suelo pélvico y la región lumbar.

Es fundamental destacar la importancia de la memoria coreográfica y su constante ejercitación durante el trabajo en clase. En la danza intervienen múltiples elementos, pero uno de los más significativos es la capacidad de integrar todos aquellos factores que fortalecen la concentración. Estar verdaderamente concentrada implica estar presente, conectada con una misma y, sobre todo, respetarse a una misma. Esa atención plena no solo enriquece la ejecución técnica, sino que también potencia la expresión y la autenticidad del movimiento.